Nadie puede negar que España es un país que actualmente se encuentra inmerso en una profunda crisis económica. Esta depresión trajo graves consecuencias para el sector ganadero. De hecho, según el intenso análisis de los datos de producción, consumos, amortizaciones y subvenciones, ni un solo sector agrario registró incremento de los precios percibidos por los productores.
Tan sólo en el año 2009 la renta agraria registró una caída cercana al diez por ciento. He aquí una descripción más detallada de cada sección de la actividad ganadera española:
- Porcino: Un par de años atrás los mataderos no respetaban los precios de las lonjas, lo que generó una denuncia por parte de los ganaderos. Éstos pararon y dispusieron una fuerte presión en reclamo de reducción de oferta. Los últimos tiempos se caracterizaron por precios bajos y costes de producción que no han alcanzado para recuperar los mínimos de rentabilidad. Esto ha provocado la desaparición de muchas explotaciones, más que nada de las independientes y las de tamaño pequeño o mediano. Por otro lado, no podemos dejar de señalar que también hubo una amenaza de cierre del mercado ruso por cuestiones sanitarias, aunque ésta se pudo frenar.
- Vacuno (carne): Sobre este sector es posible decir que este año no ha sido del todo malo. No obstante, es importante destacar que los costes de producción no han bajado en lo absoluto. Hubo ciertas características negativas que ayudaron a que se desarrolle aún más la crisis, como por ejemplo una de las mayores sequías continuadas de los últimos años, la escasez de pastos naturales y agua y la crisis general que cerró el crédito en 2008.
- Vacuno (leche): La caída de precios en la sección de los lácteos ha sido muy significativa en los últimos años. Asimismo, por primera vez en la historia del sector algunas industrias han dejado de recoger leche a ganaderos y sus cooperativas. Este dato no es menor considerando que España sólo produce alrededor de seis millones de toneladas de leche frente a un consumo de nada más ni nada menos que más de nueve millones de toneladas.
No podemos dejar de mencionar que los sectores vinculados con las aves, huevos, conejos y la carne ovina-caprina también influyen en gran medida en la crisis ganadera en general que se vive en España hoy en día, la peor en el país de los últimos veinte años.
También es válido señalar que esta profunda depresión viene del año 2007, cuando varios factores contribuyeron a generar una situación totalmente indeseable: la pérdida de dinero por cada animal que se lleva al matadero. Esto quiere decir que cuesta mucho más criar, engordar y transportar al animal que la paga que el productor recibe al final del proceso. Una de las principales causas por las que se desarrolló esta situación tiene que ver con el precio de los piensos, el cual se incrementó un cuarenta por ciento.
Además de todo esto, es esencial tener en cuenta que los precios de la producción ganadera no sólo no han aumentado, sino que hasta han tendido a bajar en los últimos años. Esto es así debido al ingreso de artículos importados y también a los focos de “lengua azul” que mermaron las cabezas de ganado para la gran mayoría de los productores.
Esta compleja situación favorece que los productores se vean obligados a incrementar el precio de la carne, lo que tarde o temprano contribuirá a la inflación. El proceso en cuestión ya ha arrastrado a la quiebra a centenares de pequeños y medianos productores, sin dejar de mencionar que la crisis española dejó sin trabajo a miles de trabajadores rurales.